lunes, 18 de mayo de 2009

Los prejuicios y el manejo de la información.

En nuestros días, la información se vuelve cada vez más exhuberante, el ámbito educativo no es ajeno a esta dinámica y constantemente nos encontramos con nuevas pulicaciones y artículos que incrementan el acervo al que tenemos acceso, quienes estamos involucrados en él. Sin embargo, no toda la información a la que tenemos acceso es confiable o veráz, mucha de ella se encuentra sesgada o manipulada por diferentes aspectos que pueden responder a intereses o tendencias con las cuales no siempre nos identificamos. Ese sesgo o manipulación de la información puede considerarse como un manejo en el cual se involucran los prejuicios, mismos que regularmente tienen los mismos autores o instituciones editoras. Detectar esos prejuicios es una tarea que requiere habilidades y conocimientos, en muchas ocasiones exhaustivos sobre el tema a revisar, darse a la tarea de realizar este tipo de ejercicios requiere tiempo, dedicación y capacidad de análisis.

Para enfrentarnos al mar de información existente y no perdernos en él, es necesario delimitar previamente nuestro tema, nuestros objetivos y el alcance que requerimos de esa búsqueda. Esto hace que debamos tener o desarrollar habilidades de evaluación de la información para poder detectar lecturas veraces y confiables que nos proporcionen elementos y argumentos sustentables para ayudarnos a construir nuestros aprendizajes o adquisición de conocimientos. Detectar un prejuicio en una lectura no es una tarea sencilla, podemo caer en la facilidad de expresar previamente si la información estará sesgada o manipulada con sólo tener en cuenta el autor o la casa editora, por ejemplo, cuando leemos información de un determinado periódico o una televisora corremos el riesgo de decir cuál será la tendencia de la nota, si es que previamente conocemos la ideología que permea esa institución, igualmente cuando escuchamos declaraciones de líderes políticos o personajes públicos muchas veces podemos prredecir lo que dirán u opinarán si es que conocemos su tendencia de actuación pública. En tal sentido es recomendable no conformarnos con leer lo que pensamos que conocemos, sino aventurarnos a revisar de manera crítica aquella información que pensamos está escrita con cierto rigor, entonces, la tarea de detectar un prejuicio que permee la lectura será muy interesante y un verdadero reto.

Detectar un prejuicio en una lectura o artículo equivale a realizar un análisis y más que eso una evalución de la información, para lo cual requerimos habilidades relacionadas con el pensamiento crítico, que nos permitan ver o leer más allá y entre líneas, a fin de detectar una tendencia o sesgo de la información. Para realizar este ejercicio, aparte de realizar una lectura exhaustiva requerimos conocimiento, y de ser posible dominio del tema porque cómo podemos detectar por ejemplo un sesgo, si no conocemos con objetividad y claridad el tema del que externaremos la crítica, además requerimos realizar múltiples ejercicios de este tipo para ir desarrollando las habilidades requeridas.

Finalmente, se puede decir que detectar un prejuicio en la información que recibimos es una tarea nada sencilla y requiere conocimientos y habilidades de pensamiento crítico, además de experiencia tanto en la búsqueda como en la selección de nuestras fuentes de información. 


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