lunes, 18 de mayo de 2009

CÓMO PLANEAR ACTIVIDADES E IMPLEMENTAR ESTRATEGIAS PARA ESTUDIAR CON ÉXITO UNA MAESTRÍA EN EL CECTE Y MANTENER UNA CALIDAD DE VIDA


María Elena Rodríguez

Rosario González

Formación en posgrado Vs Calidad de vida

Estamos acostumbrados a pensar que el hecho de decidir estudiar un posgrado nos llevará siempre a saturar nuestro tiempo, de por sí complicado, hasta el máximo.  Imaginamos, mucho antes de iniciar, la cantidad de lecturas que vamos a tener que leer, los trabajos de investigación que se realizarán, las interminables hojas a escribir para poder expresar nuestras ideas, preparar evaluaciones, tal vez exposiciones, en fin… nos imaginamos una lista casi interminable de actividades por realizar. Por si lo anterior fuera poco, después, y sólo después, hacemos un alto y pensamos en el resto de las actividades a las que ya le dedicamos tiempo: familia, dormir, comer, jornada laboral,  diversión, etcétera. La pregunta es ¿cómo haremos para que un día, que solo tiene 24 horas, nos alcance para atender todo lo anterior con calidad?

Antes de proseguir reflexionemos en varias cosas: ¿las actividades del posgrado son más importantes que todas las demás cosas que hacíamos antes de pensar en la posibilidad de seguir nuestra formación? ¿para cumplir con todas estas nuevas actividades y las anteriores, debemos dormir menos horas?   ¿nuestros fines de semana y los de nuestra familia se deben convertir en dos días más de “escuela”?  Si el lector respondió a las preguntas anteriores “Sí”, el presente documento es una lectura obligada antes de destrozar su vida en pro de una mejor formación.

Estudios recientes han demostrado que saturar nuestro tiempo solo nos lleva al fracaso, ampliar nuestras jornadas de vigilia para realizar estudios bajan nuestro rendimiento y el aprendizaje es muy deficiente, además de generar serias  complicaciones en materia de salud (Kriguer, 2004). 

Carl Honoré (2009) nos comparte, en su filosofía del movimiento slow, “busca el ritmo adecuado para cada cosa”. Esta frase tan sencilla esconde una serie de acciones que podrían ayudarnos a equilibrar el tiempo que dedicamos a nuestra formación profesional sin descuidar nuestra calidad de vida. Pero, ¿cómo se puede lograr esto? La respuesta está en la planeación adecuada de nuestras actividades utilizando estrategias eficientes que nos ayuden a utilizar de manera eficiente nuestro tiempo. Así, hablemos de planear y de estrategias.

Para qué planear

Según la Real Academia de la Lengua Española (2001) planear es “Trazar o formar el plan de una obra” Existen muchas herramientas que nos permiten planear: el calendario más cercano pegado en la pared, nuestra agenda de escritorio, el calendario que nos muestra como herramienta nuestra computadora, o una hoja en blanco donde podamos, a manera de cronograma, marcar nuestras diversas actividades y el tiempo que humanamente les podemos y debemos dedicar a cada una de ellas. Para hacer esto es importante partir del hecho de que “todas” nuestras actividades son importantes, debido a que cada una de ellas nos provee de ciertos satisfactores necesarios para que nuestro cuerpo y nuestra mente funcionen de manera óptima. 

La planeación de nuestras actividades diarias no representa un horario rígido a seguir, tiene su flexibilidad de acuerdo a la actividad misma (si se inicia la lectura de un artículo no se suspende ésta porque se me “acabo el tiempo”); en realidad el ejercicio de planear nuestro tiempo tiene dos funciones importantes: primero como elemento de reflexión al que continuamente debemos regresar para no saturarnos con alguna actividad o en su defecto, descuidar tiempos muy importantes como son las horas de sueño o el familiar; y segundo para pensar, crear e imaginarse situaciones para lograr una meta.

Aplicar una estrategia para alcanzar un objetivo.

Una estrategia se define  como la aplicación de un plan de acción para alcanzar un objetivo determinado. Al estudiar una Maestría el objetivo último es, sin duda, la certificación de los aprendizajes obtenidos, llegar a él representa el reto que debemos tomar de inicio y que mejor que hacerlo justo cuando nos encontramos en el módulo propedéutico, que por definición implica un periodo de preparación y desarrollo de habilidades básicas, necesarias para enfrentar el trabajo que seguramente implicará el estudio de la Maestría. Conviene además, aparte de tener claro el objetivo final, definir objetivos intermedios como la culminación de cada semestre o la realización de las actividades semanales, cuyos logros ayuden a mantener un nivel de motivación óptimo. 

Resulta entonces inminente avanzar por un camino previamente definido que justamente constituirá nuestra estrategia de trabajo, donde diseñaremos de inicio nuestro plan de acción, que incluye como primer elemento los medios o recursos de los que disponemos, posteriormente la forma o manera en la que llevaremos a cabo nuestro plan y por último los procedimientos, técnicas o tácticas específicas para llevar a cabo cada una de nuestras actividades, que en su conjunto y desarrolladas de manera paulatina nos llevarán a alcanzar nuestro fin.

Seguramente en el camino nos encontraremos con dificultades no previstas o situaciones complejas de resolver, ante lo cual es importante conservar la calma, reflexionar y mirar al frente teniendo en cuenta el objetivo final, imaginarnos alcanzando nuestra meta nos puede ayudar a retomar la estrategia o camino que determinamos en un inicio, por esa razón nuestro plan de acción deberá ser lo suficientemente flexible y práctico, que nos permita realizar ajustes sobre la marcha, a la vez que nos reconduzca la incertidumbre porque al momento de planearlo tomamos en cuenta la mejor distribución de los recursos y medios disponibles estratégicamente determinados.

CONCLUSIONES

Estudiar una Maestría no puede minimizarse ni considerarse como cosa fácil, sin embargo si puede visualizarse como algo alcanzable que no necesariamente se contrapone a una buena calidad de vida. De hecho el mismo estudio y esfuerzo requeridos conllevan satisfacciones que inciden en el desarrollo y superación personal.

La posibilidad de dedicarse al estudio de una Maestría a la vez que se mantiene e incluso mejora la calidad de vida es real, sólo se requiere esfuerzo y dedicación continuos. Una forma de conjuntar estas actividades de manera óptima es mediante el diseño de una estrategia que implica la planeación de nuestras actividades diarias utilizando los recursos y medios de que se dispone de manera óptima y adecuada al plan de vida personal.

REFERENCIAS

Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (2001) Recuperado el 13 de marzo de 2009 de 

http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=cultura

Honoré, C.  (2008). In Praise of slow. Recuperado el 13 de marzo de 2009 de 

http://www.carlhonore.com/?page_id=6

Kriguer, N. Deprivación del sueño y fatiga en residentes. Recuperado el 15 de marzo de 2009 de 

http://www.sld.cu/sitios/hematologia/temas.php?idl=146&idv=20746

Navarro, N. (2009) Entrevista: Un hombre tranquilo. Recuperado el 13 de marzo de 2009 de http://pipodols.blogalia.com/historias/26156


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